EL POTENCIAL DE LA IMAGEN EN LA CONSTRUCCIÓN
DEL PENSAMIENTO CRÍTICO-FILOSÓFICO
Me parece de gran importancia el tema dado que la construcción del pensamiento crítico filosófico dentro de la imagen artística, en este caso la pintura y la fotografía, es precisamente un elemento fundamental no sólo para el pensamiento en sí mismo, sino incluso, para una contemplación estética de las mismas obras de arte que finalmente son una expresión de la manifestación del ser mismo en la realidad.
Como educadores-pastores, los Salesianos pretendemos formar a los jóvenes para que sean buenos cristianos y honestos ciudadanos, y en ese intento, pretendemos formar mentes claras, pensamientos críticos y propositivos que puedan modificar en cierto sentido las estructuras político-sociales que ya no respondan a las necesidades de ellos mismos, sin caer en insurrecciones o rebeliones infundadas.
El método que estaré empleando en la construcción del tema, será el método fenomenológico, por la epistemología o forma de comprender la realidad que se manifiesta en el mundo del arte en la imagen, además de que el acercamiento a la imagen misma pretende situarnos críticamente frente a ella fomentando la apertura como un valor a potenciar, igual que el reconocimiento de lo otro como distinto de mí.
La imagen se ha considerado por los expertos en comunicación, como un conjunto de signos, un eficaz instrumento de comunicación muy cercano al lenguaje verbal, una muestra de la existencia de algo, una manifestación de ser, en pocas palabras, se dice que es un soporte caracterizado por un determinado lenguaje que es además visual. Señala una porción de un mundo posible… un acto de mostrar y otro de informar.
En filosofía, la imagen se ha entendido, en la modernidad, como una mostración de lo que es la realidad, para ser entendida, y en la medida de lo posible, manipulada, ya que ofrece un manejo técnico dentro del mundo científico-práctico.
En la modernidad, con la puesta del sujeto en el centro de atención de toda reflexión filosófica, el mundo se convierte en imagen, es decir, en lo comprendido como objeto de representación, de conocimiento, aquello que está ante los ojos, calculado, determinado, conocido, aprehendido, y en posibilidad de manipulación (sobre todo por la ciencia). Partiendo de esto, diremos que hay un autor en la época contemporánea llamado Martin Heidegger que opone a esta aprehensión de la imagen, la vuelta a la concepción de episteme griega como modo de conocimiento, en tanto que no busca aprehender la imagen, sino más bien desocultar lo real: aletheia. Ya no hay aprehensión, sino desocultamiento.
El modo de pensar moderno que critica Heidegger se “olvida del ser” en tanto que por medio de lo científico se refiere a la forma de dominio técnico del mundo dado por la ausencia del pensar y la falta de meditación, y en contra parte propone una relación libre con la técnica, que es diferente de lo técnico dado que no busca una objetivación práctico-utilitarista como lo técnico, sino que busca abrir a la esencia de la imagen, a la meditación sobre las condiciones de posibilidad de dicha imagen, para quizá poder modificarlo, y abrir los horizontes de pensamiento.
Heidegger habla de la técnica como un medio para un fin (instrumental), pero al mismo tiempo, como un hacer del hombre, tenemos así, que la técnica es un producir, y todo producir descansa en un desocultar, que sigue siendo utilitarista, pero que puede salir del ámbito del dominio y la instrumentalidad para dar paso a una voluntad de creación en la imagen como arte (lo veremos en la pintura y la fotografía).
En términos de comunicación, estar en contacto con la imagen y comprender su génesis y función para la que es creada, implica el desarrollo de capacidades que van más allá de la acción perceptiva de su existencia. Producir una imagen, es mostrar a partir de sus cualidades, la versión única que tenemos del mundo; decodificar una imagen, es realizar su lectura literal y sugestiva; esto quiere decir que desciframos sus componentes identificando nuestra postura en dos niveles de atención: lectura objetiva o denotativa, y lectura subjetiva o connotativa.
“En la obra de arte acontece la verdad como aletheia, que no es una verdad lógica, ni epistemológica, sino ontológica; no es adecuación, ni se basa en la certeza, ni en la representación conceptual, juego de ocultamiento y desocultamiento. La obra de arte abre y hace mundo, pero también da otras posibilidades de habitar el mundo.”
En la pintura y la fotografía, la técnica se comprende como una forma de saber, de aproximarse al mundo diferente a la del pensar científico-técnico, pues la técnica no se basa en la objetivación dominadora, sino que ofrece otro modo de comprensión de la naturaleza y del mundo. Hay que pensar de un modo meditativo-poético, pensar de tal manera que podamos abrirnos a ser en el mundo y ya no sólo estar frente al mundo como simples espectadores, sino a involucrarnos en el mundo, a tener una voluntad de creación a partir de la comprensión de lo que se nos muestra en el mundo, y en concreto en la imagen ya sea pintura como fotografía. La relación con la técnica para Heidegger, debe ser una relación libre, poder pensar la esencia de la técnica.
Por desgracia, gracias al pensamiento técnico-científico, nos transformamos en recursos humanos, lo cual provoca una crisis del humanismo, errancia por la cual el hombre pasa del centro hacia la periferia, y la errancia es un efecto de la comprensión metafísica del ser como técnico. Hay que salir del modo tradicional de pensar, para describir experiencias producidas por la técnica y lo técnico (Internet, realidad virtual, etc). La liberación ha sido entendida como apertura a otras posibilidades de sentido, modificación de nuestra sensibilidad, pensar la técnica con otras categorías, dejando de lado la dominación, cambiando la perspectiva hacia el horizonte de la creación y del juego, para inventar experiencias inéditas.
posibilidad de rebasamiento de la metafísica, que nos permita hacer una distorsión de las categorías metafísicas, viraje hacia otras formas de pensar no dominantes sino creativas, lúdicas, basadas en la imaginación, invención y experimentación.
Para tener una mejor comprensión técnica, crítica de la imagen, es necesario tener ciertos parámetros o criterios que nos ayuden a ampliar nuestra visión y generar un pensamiento crítico, todo esto mediante la apreciación subjetivo-connotativa, como por ejemplo el encuadre, la interpretación gestual, el código lumínico, el código simbólico, los planos (descriptivos, narrativos, expresivos), ángulos. Adiestrarnos en el análisis de la imagen requiere también el reconocimiento de nuestras propias capacidades codificadoras, decodificadoras y productoras de información visual, que en muchos de los casos, nos viene dado en unidades provistas de intención; es decir, a emisión y recepción de mensajes puestos a ser resignificados y con ello construir sentido, y por tanto, comprensión. El estudio de la imagen es vasto con distintas vertientes de campos como la psicología, semiótica, semiología, sociología, arte, informática, etc.
No se niega pues la técnica, sino se comprende la misma aunque ya no a partir de la instrumentalidad, sino del juego y de la creación. El carácter afirmativo de la técnica se lleva a cabo en la actividad artística como posibilidad de creación de nuevas o diferentes formas de experiencias.
*Vemos esto claramente manifestado en un primer momento en la pintura… (ver diapositiva de botas). Solamente aquí se ve manifestada la inutilidad de la pintura y, pareciera ser, la ausencia de valores… ¿Para qué nos sirve esta pintura? La técnica en un sentido instrumentalista nos dice que para nada, o para un desahogo del artista o algo así… pero en un sentido positivo, nos lleva a ver más allá de lo evidente, a contemplar el ser, ya no a querer ver la pintura como mero instrumento u objeto, sino a involucrarnos en un con él… a ejercitar la mente y la misma posición crítica. Al ver esta pintura no le encuentro utilidad, pero si me involucro con ella, entonces comprendo lo que el artista quería decir.
El ejercicio de la contemplación y comprensión del ser, de la pintura, nos tiene que llevar a posicionarnos críticamente frente a ella y ampliar nuestros horizontes, a cambiar nuestras formas de ver la realidad para poder salir de los esquemas tradicionales y proponer cambios en modos de pensar, incluso en lo político y lo social… nos amplia la visión del mundo.
La pintura original, única, irrepetible.
Otro ejemplo claro de la técnica lúdica lo tenemos en la fotografía, que es una destrucción de las categorías estéticas por su reproductibilidad técnica, es decir, ya no se habla de una obra que es única, bella, irrepetible, sino de una obra que puede ser reproducida y no por eso deja de ser original. A eso nos referimos con reproductibilidad técnica. Con la fotografía la creación es llevada a cabo por medio de la interacción entre el ojo y la mente, ya no tiene que ver con las manos, pintura, técnica de pintura, etc.
La fotografía tuvo dificultades para encontrar un espacio entre las artes visuales. Frente a la experiencia de la pintura la fotografía se encontraba sin argumentos para defenderse: el estilo figurativo de la pintura pesaba mucho sobre visual que ofertaba la fotografía, la madurez de al pintura pesaba mucho sobre una actividad visual nueva, el automatismo en la formación de la imagen restaba valor artístico ante la técnica de la pintura que requería muchos años de aprendizaje y destreza. El carácter múltiple de la imagen fotográfica, que a partir de un negativo permite obtener tantos positivos como queramos y todos ellos con el mismo rango artístico, desmerecía frente a la imagen única de la pintura donde sólo se admite un original, el resto son copias. Encontró su espacio entre las artes cuando fue capaz de crear símbolos a través de sus imágenes.
Roland Barthes: “suele decirse que fueron los pintores quienes inventaron la fotografía (transmitiéndole el encuadre, la perspectiva albertiniana y la óptica de la camera obscura). Yo afirmo: no, fueron los químicos. Ya que el noema “Esto ha sido” sólo fue posible el día que en una circunstancia científica (el descubrimiento de la sensibilidad a la luz de los haluros de plata) permitió captar e imprimir directamente los rayos luminosos emitidos por un objeto iluminado de modo diverso”.
La reproductibilidad técnica permite repensar el quehacer artístico, como debe hacer la contemplación de la pintura y la fotografía, poner en juego la voluntad de creación basándose en la experimentación y en el juego. La contemplación y comprensión de la pintura y la fotografía como técnica segunda, nos llevan a la disolución de la dualidad sujeto-objeto, y nos involucran en la realidad en donde operamos jugando-con para ya no actuar-sobre, es decir, ya no hay dominación, sino una relación armónica y creadora. El pintor juega con los pinceles y la pintura, el fotógrafo juega con la cámara y ésta más que una herramienta viene a ser un juguete. “El que imita hace que una cosa se vuelva presente”, el que imita juega a “ser la cosa”.